Materiales:
- Una caja de zapatos sin agujeros.
- Un vaso de yogur.
- Algodón.
- Lentejas.
- Agua.
Procedimiento:
1. Ponemos el algodón en el fondo del vaso de yogur.
2. Dejamos caer las lentejas encima del algodón.
3. Regamos las semillas con agua.
4. Ponemos el vaso de yogur dentro de la caja bien cerrada. Es muy importante que no entre nada de luz.
5. Dependiendo de la época del año, regaremos las semillas cada 2-3 días. Para ello las sacaremos de la caja, las regaremos y las volveremos a dejar dentro de la caja.
Explicación:
Como habrás podido observar, las semillas de lenteja han crecido, pero son de color blanco!!!!
Han ocurrido varias cosas. La primera es que la planta crece... sin luz. Y de hecho no la necesita al principio. Una semilla solo necesita agua para activar su mecanismo de germinación y crecer consumiendo las reservas que están dentro de la semilla (es como un almacén donde hay nutrientes, piensa, si la semilla no tiene raíces... ¿de donde los saca?).
La segunda cosa es lo que sucede por la falta de luz. Al no haberle dado la luz durante esos días, la planta no ha realizado la fotosíntesis. Por eso no se ha activado la clorofila y la planta no ha adquirido su color verde.
Mediante la fotosíntesis las plantas transforman materia inorgánica en materia orgánica. Pero para empezar a crecer no es necesaria porque la materia orgánica ya está dentro de la semilla, como hemos dicho anteriormente. Si dejásemos la planta más tiempo necesitaría la luz (porque las reservas son limitadas) pero también abono/materia inorgánica en el vaso de yogur; solo con agua no podría vivir.
En conclusión, una planta no necesita la luz para germinar y empezar a crecer porque tiene reservas en la semilla. Y al no realizar la fotosíntesis, no se activan los pigmentos verdes y se ve de color blanca.